Lo más probable es que esté experimentando niveles de amenaza, estrés y ansiedad más altos de lo normal, y no está solo. Las organizaciones y los empleados de todo el mundo navegan por un panorama y un futuro inciertos, y las investigaciones muestran que la incertidumbre estimula el estrés.
Con el tiempo, el estrés sostenido puede afectar su capacidad para concentrarse y seguir siendo productivo. Entonces, ¿cómo puede manejar su mentalidad para permanecer lúcido y concentrado? Todo se reduce a los niveles de amenaza en tu cerebro.
Amenaza en el cerebro
Durante una situación de crisis, nuestros cerebros pueden entrar en diferentes niveles de amenaza según la legitimidad y la inmediatez del peligro al que nos enfrentamos, según la investigación del neurocientífico cognitivo Dean Mobbs. En aras de la simplicidad, podemos llamarlos niveles uno, dos y tres.
Las amenazas de nivel 1 se encuentran en su entorno más amplio; no parecen representar un peligro inmediato. Tu cerebro es alertado de la amenaza, sin que todavía se sienta alarmado. Un ejemplo de esta amenaza es el huracán que escuchas que se dirige hacia tu estado natal.
Las amenazas de nivel 2 son las de su vecindario. Tu ritmo cardíaco y las hormonas del estrés aumentan a medida que te preparas para correr o pelear. Puede volverse hiper-alerta y sentirse un poco alarmado, degradando significativamente los recursos cognitivos. Este es el huracán que toca tierra.
Las amenazas de nivel 3 están sobre ti. Tu cerebro y tu cuerpo están en modo de pánico total; estás tomando decisiones de manera completamente reflexiva; y estás reclutando activamente todos los recursos corporales para luchar o huir. Tiene lugar el pensamiento mínimo complejo. Este es el huracán que asalta tu ciudad.
Cuando ocurre una crisis, envía a nuestro cerebro al nivel tres de amenaza, quizás cuando solo el nivel dos o uno es apropiado. El resultado pueden ser decisiones irracionales que empeoran la situación para nosotros y para los que nos rodean.
Gestionar su amenaza con amortiguadores
Afortunadamente, podemos hacer mucho para ayudar a controlar nuestro estrés, mejorando así la toma de decisiones, la colaboración y el pensamiento creativo.
Los amortiguadores son estrategias que lo colocan en un estado más positivo cuando surgen amenazas. Brindan una sensación de certeza, autonomía y relación y reducen la posibilidad de aumentar su nivel de amenaza. Pruebe estas tres estrategias de almacenamiento para administrar su amenaza y mantener el enfoque:
Aumente la certeza: Cuantos menos bucles abiertos tenga la gente, más fácil será concentrarse. Crear y mantener una rutina diaria puede ayudar a crear una sensación de normalidad y certeza.
Encuentre opciones: cuando se trata de autonomía, cada vez que el estrés se siente fuera de control, tiende a ser abrumador. Sin embargo, cuando encontramos una manera de obtener cierta sensación de control, un estrés abrumador se convierte en un estrés manejable. Reconocer las oportunidades para tomar decisiones cada día puede aumentar su sentido de autonomía.
Relacionarse: la relación es el sentido de compartir experiencias y metas con otros humanos. Las reuniones virtuales, las horas felices y los eventos (con la cámara encendida) pueden ayudar a crear una relación y un sentido de comunidad.
Los líderes y las personas que adopten estas estrategias de amortiguamiento se ayudarán a sí mismos y a su gente a concentrarse un poco mejor.
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Enlace de artículo original en inglés.