El liderazgo efectivo requiere 3 hábitos esenciales basados en el accountability: pensar a futuro, asumir compromisos y centrarse en soluciones.
Insights Clave:
- El accountability se presenta en dos formas: una que castiga a los colaboradores y otra que ve los desafíos como oportunidades de crecimiento.
- NLI ha identificado tres hábitos para construir el segundo tipo de accountability dentro de sus equipos.
- Estos hábitos ayudan a los líderes y colaboradores a aclarar expectativas, asumir sus compromisos y evitar culpar a otros.
Antes de la pandemia, muchas organizaciones ponían un fuerte énfasis en los resultados: cumplir plazos, alcanzar objetivos y aumentar ingresos. Pero a medida que la pandemia obligó a millones de colaboradores a trabajar desde sus hogares, las culturas comenzaron a cambiar. A lo largo de un año, mientras COVID-19 se propagaba y el asesinato de George Floyd desataba una ola de acción corporativa en torno a la diversidad, equidad e inclusión, los resultados empezaron a ceder ante el enfoque en las personas.
Ahora, tras la pandemia, muchas empresas han vuelto a la oficina, ya sea totalmente en persona o con un enfoque híbrido. Algunas empresas han conservado la cultura de amabilidad que desarrollaron durante la pandemia, y se han apresurado a dejar que la gente se desentienda de los resultados. Otras, mientras tanto, han dejado en gran medida sus culturas COVID en el pasado y han vuelto a poner los resultados en el punto de mira.
Este cambio ha creado tensión dentro de las organizaciones que quieren crear accountability mientras siguen enfocándose en el bienestar de las personas, según un artículo reciente de los doctores David Rock, Emma Sarro y Chris Weller en Harvard Business Review. Muchos líderes ahora se preguntan: “¿Cómo se ve el accountability?” Dada la dificultad de construir accountability y los riesgos percibidos de alienar a las personas al ser demasiado orientados a los resultados, no es sorprendente que el 82% de los gerentes diga que intentan pero fallan o evitan el accountability por completo.
Creemos que los líderes necesitan mejores hábitos, nuestra investigación durante el último año indica que hay tres habilidades cognitivas que crean una forma saludable de accountability dentro de los equipos.
Accountability como un desafío valioso
Resulta que hay dos tipos de accountability, y cuál cultivan los líderes determina cómo se sentirán y desempeñarán las personas. Primero, está el accountability punitivo. Esta es la forma más familiar. Cuando las personas no cumplen con las expectativas, son castigadas y se les dice que lo hagan mejor la próxima vez. Pero también existe una forma empoderada de accountability que ve las tareas como un desafío valioso y una oportunidad para adoptar una mentalidad de crecimiento. Los desafíos se ven como oportunidades para mejorar en lugar de amenazas potenciales al estatus.
Los líderes deben esforzarse por enmarcar el accountability como un desafío valioso, y pueden construirlo dentro de sus equipos a través de tres hábitos clave: pensar a futuro, asumir compromisos y centrarse en soluciones.
Pensar a futuro
Cuando los líderes asignan un conjunto de tareas a sus colaboradores, pueden pensar que están siendo claros o que las expectativas son obvias. Pero, una gran cantidad de investigaciones ha demostrado un “efecto de falso consenso“, en el que las personas piensan que están en la misma página pero en realidad interpretan las cosas de manera diferente.
Crear accountability significa evitar esta trampa cognitiva, y pensar a futuro es una herramienta para hacerlo. Los líderes deben esforzarse en mentalizar, o predecir, las formas en que un colaborador podría entender lo que se espera de ellos. De esa manera, el líder puede dar su directiva de una manera que pinte una imagen clara, con menos ambigüedad, de cómo les gustaría que se realizara la tarea.
Pensar a futuro es el primer paso para crear accountability porque trae el resultado exitoso a la vida tanto en la mente del líder como del colaborador antes de que se tomen acciones. Las intenciones correctas pueden convertirse en los comportamientos correctos.
Asumir compromisos
El segundo factor que influye en que los colaboradores se sientan responsables de sus tareas es hasta qué punto el líder del equipo hace suyos sus compromisos. El ejemplo desempeña un papel muy importante en la construcción de la cultura en general. El accountability, en particular, depende de que los líderes practiquen lo que predican.
Cuando a los colaboradores se les dice que hagan una cosa y ven que sus líderes hacen otra, la falta de coincidencia de expectativas puede registrarse como una amenaza. El cerebro debe entonces desviar una energía preciosa de la concentración en tareas clave para procesar el error que ha incumplido las expectativas de la persona. Pueden perder el respeto por su líder y llegar a creer que sus compromisos no son tan importantes después de todo.
Centrarse en soluciones
Un distintivo de la mentalidad de crecimiento es tratar el fracaso como una oportunidad para mejorar en lugar de una señal de incompetencia. Cuando los equipos no adoptan una mentalidad de crecimiento, es más probable que se avergüencen y culpen unos a otros cuando las cosas salen mal.
El accountability saludable requiere un enfoque en soluciones en lugar de insistir en cómo las personas cometieron errores. Significa crear un clima de seguridad psicológica que permita a las personas admitir sus errores y luego avanzar para corregir las cosas. Cuando las cosas se calmen, los líderes pueden reunir al equipo para revisar lo que salió bien y lo que salió mal, pero en el momento, la mejor manera de mantenerse responsable es dar espacio para la gracia y hacer el trabajo.
Cuando los líderes practican estos tres hábitos, pueden construir equipos cuyos miembros saben lo que se espera de ellos, se sienten empoderados para enfrentar desafíos y se apoyan mutuamente en su búsqueda del éxito.
Una versión de este artículo aparece en Harvard Business Review. Para leer el artículo completo, haz clic aquí.