Por qué tener cerebro significa tener sesgos

Autor: NeuroLeadership Institute

Después de un largo fin de semana, un gerente de contratación regresa a una pila de currículums en su escritorio. Incontables candidatos con alto potencial esperan revisión, uno de los cuales aportará la perspectiva fresca y nueva que su equipo necesita. Se encuentra con alguien que proviene de su alma mater y que fue presidente del mismo club social que él. Emocionado por sus similitudes, pasa por alto sus deficiencias. Casi instintivamente, ofrece a la candidata una entrevista.

Esta línea de pensamiento es un ejemplo clásico de sesgo inconsciente, un proceso que ocurre fuera de nuestra conciencia y nos permite tomar decisiones rápidas. El gerente de contratación puede pensar que está tomando una decisión informada, pero realmente está tomando un atajo mental para tomar una decisión expedita. En momentos como estos, el sesgo nos ciega efectivamente a nuevas rutas de acción o alternativas.

Sin embargo, el sesgo es una parte inevitable de la condición humana. Por eso, en NLI, nos gusta decir: “Si tienes un cerebro, tienes sesgos”. Para los líderes, es importante aprender a mitigar ese sesgo antes de que afecte negativamente la toma de decisiones y los entornos laborales.

 

Tu cerebro con sesgo

 

Evolutivamente, los sesgos actúan como procesos adaptativos que nos permiten utilizar conocimientos y experiencias previas para informar nuestras decisiones y acciones en el presente. Tomemos, por ejemplo, una experiencia negativa que uno podría haber tenido con el perro de un vecino. Aunque las circunstancias en torno al mal comportamiento del perro pueden ser atípicas y sujetas a cambios, uno podría instintivamente evitar al animal en el futuro. Actuar según el sesgo, en este caso, sirve para la supervivencia.

Desafortunadamente, en nuestro mundo moderno, no todos los sesgos nos benefician a nosotros y a quienes nos rodean. De hecho, cuando se dejan sin control, los sesgos pueden infiltrarse en la contratación, promoción, retroalimentación y gestión, y llevar a una toma de decisiones deficiente y a entornos laborales subóptimos.

 

Sesgo en el lugar de trabajo

 

La investigación de NLI sobre sesgos inconscientes ha encontrado que una cantidad abrumadora de sesgos afecta nuestro pensamiento todos los días, tanto personal como profesionalmente. Para hacerlos más accesibles y fácilmente recuperables, hemos condensado más de 150 sesgos en cinco categorías principales que componen el Modelo SEEDS®:

  • Similaridad: La tendencia a ver más favorablemente a las personas que se parecen o piensan como nosotros que a las personas que son diferentes.
  • Expediencia: La tendencia a apresurarse a sacar conclusiones en un esfuerzo por minimizar el esfuerzo cognitivo.
  • Experiencia: La tendencia a creer que nuestra forma de ver el mundo es inherentemente más verdadera que la perspectiva de otra persona.
  • Distancia: La tendencia a asignar un mayor valor a aquellas cosas que percibimos como más cercanas a nosotros, en lugar de más alejadas.
  • Seguridad: La tendencia a sobreponderar los resultados negativos en lugar de los positivos.

En el escenario de contratación mencionado anteriormente, el gerente está actuando según los sesgos de similitud y expedición, motivado tanto por sentirse bien consigo mismo como por reducir su carga cognitiva al apresurar su decisión de contratación. Si contrata a la candidata basándose en estos sesgos, su equipo podría sufrir en creatividad y eficacia porque la solicitante no aporta la perspectiva fresca y nueva que necesitan para brainstorming y tomar decisiones clave. Estas son las facetas demasiado comunes del sesgo en el lugar de trabajo.

Pero no tiene por qué ser así.

 

El sesgo no tiene por qué ser una mala palabra

 

A medida que las empresas de hoy hacen un esfuerzo genuino por abordar los sesgos prevalentes en sus lugares de trabajo, la investigación muestra que simplemente reconocer la existencia del sesgo no es suficiente para prevenir sus efectos negativos. Con ese fin, NLI ofrece un proceso de tres pasos para reducir los efectos del sesgo: Aceptar, Etiquetar, Mitigar.

Los sesgos forman la lente invisible a través de la cual todos vemos subconscientemente el mundo. Aceptar tus propios sesgos, así como los de los demás, implica comprender que el sesgo es una parte natural e inevitable de la cognición humana, no única de ti, tu empresa o tus colaboradores. Etiquetar el sesgo utilizando el Modelo SEEDS® hace que sea fácil adoptar un lenguaje compartido para señalar el sesgo de manera respetuosa y significativa. Solo entonces se vuelve posible apuntar a su causa raíz y mitigar efectivamente los efectos negativos del sesgo.

Este artículo está vinculado a DECIDE, una de nuestras soluciones. Obtén más información sobre las soluciones ofrecidas por el NeuroLeadership Institute para Latam.

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