Seamos honestos. Obtener retroalimentación sobre su desempeño o recibir comentarios no es fácil. A nadie le gusta escuchar dónde se quedaron cortos o qué podrían haber hecho mejor.
En NeuroLeadership Institute, nos enfocamos en hacer que las conversaciones de retroalimentación sean menos amenazantes y más manejables. Al adoptar una mentalidad de crecimiento , los equipos pueden absorber y actuar sobre la retroalimentación en lugar de temerla y evitar las oportunidades por miedo al fracaso. Los gerentes con una mentalidad de crecimiento comparan a los empleados no con sus pares, sino con su nivel anterior de habilidades, y recompensan no solo el desempeño sino también la mejora con el tiempo.
El poder de la mentalidad de crecimiento
La retroalimentación es un área donde la mentalidad de crecimiento puede cambiarlo todo. En general, las conversaciones de retroalimentación comienzan con alguna versión de la misma pregunta ominosa: “¿Puedo darte alguna retroalimentación?” Al escuchar esto, nuestras mentes divagan naturalmente para crear los peores escenarios . Nos preocupa que nos reprendan por alguna transgresión pasada o que nos despidan en el acto. Esta falta de certeza nos lleva a completar los detalles por nuestra cuenta, y a menudo de manera inútil y que produce ansiedad .
Una mentalidad de crecimiento puede ayudarnos a ver los comentarios como algo bueno, lo que en última instancia hace que las revisiones de desempeño sean más efectivas . Después de todo, queremos aprender, crecer y mejorar nuestras habilidades. Las personas con una mentalidad fija ven las críticas como un ataque a su autoestima. La mentalidad de crecimiento, por el contrario, deja espacio para la posibilidad de que todos tengamos puntos ciegos, y que su gerente pueda tener información valiosa sobre cómo puede perfeccionar sus habilidades. La retroalimentación, en otras palabras, no es personal. Un gerente puede criticar nuestro desempeño , pero una mentalidad de crecimiento ayuda a evitar que atemos nuestro desempeño a nuestra identidad .
Cómo manejar la retroalimentación con una mentalidad de crecimiento
Imagine que acaba de dar una presentación importante y su gerente le pregunta si puede compartir su opinión sobre cómo le fue.
Equipado con una mentalidad de crecimiento, abordaría la conversación enfocándose en cómo puede crecer: mejorar al hablar en público, articular sus pensamientos con mayor claridad, estructurar su presentación para capturar y mantener la atención de las personas. Ve cada comentario que le da su gerente como una oportunidad para avanzar hacia sus objetivos. Es posible que no estés de acuerdo con todo lo que dice, pero tu mente está abierta y receptiva a sus aportes.
Mentalidad de crecimiento, multiplicada
La belleza de la mentalidad de crecimiento es que se refuerza a sí misma. A medida que adquiere más confianza en su propia capacidad para aprender y crecer, cada conversación de retroalimentación se vuelve más fácil que la anterior . Te vuelves más capaz de discutir temas de alto riesgo con honestidad y transparencia porque ninguna de las partes se siente amenazada.
En última instancia, así es como las organizaciones pueden hacer que las conversaciones de retroalimentación sean más efectivas y más humanas: recordando a los gerentes y empleados que mejorar es más importante que ser bueno.
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