“No tenemos que hacerlo todo solos. Nunca se supuso que lo hiciéramos.” – Brené Brown
Mantener el equilibrio emocional es un aspecto vital de la resiliencia mental y el bienestar general. Desde las relaciones personales hasta los esfuerzos profesionales, la regulación emocional desempeña un papel fundamental en la navegación de las complejidades de nuestra vida diaria. El lugar de trabajo es un ecosistema dinámico donde las emociones pueden estar a flor de piel. Ya sea lidiando con plazos ajustados, personalidades conflictivas o contratiempos inesperados, la capacidad para gestionar las emociones se vuelve primordial. La regulación emocional en el lugar de trabajo no se trata solo de mantener una actitud tranquila; impacta directamente en la productividad, la colaboración y la satisfacción laboral.
Los investigadores se han centrado principalmente en estrategias de regulación emocional que las personas pueden realizar por sí mismas. Técnicas como la re-significación cognitiva, la supresión y la etiquetación emocional se han explorado ampliamente por su impacto en la gestión emocional personal. Sin embargo, el panorama de la investigación emocional está cambiando, centrando la atención en el poder de las experiencias emocionales compartidas y las estrategias de regulación social.
Entre las diversas estrategias de regulación emocional, la re-significación cognitiva destaca como particularmente efectiva. La re-significación implica reformular una situación para cambiar su impacto emocional. En lugar de experimentar pasivamente una situación, la re-significación permite a las personas reinterpretarla de manera activa de una manera que disminuye su carga emocional negativa. Por ejemplo, imagina que te sacan inesperadamente de un proyecto crítico. Es posible que tengas una fuerte reacción emocional negativa ante esta noticia, asumiendo que tu contribución no fue valorada por el equipo. Podría ser difícil re-significar la situación por ti mismo, pero si un colega de confianza te dice que cree que te quitaron del proyecto para que puedas dedicar más tiempo a otra tarea, esta podría ser la perspectiva que necesitas para ver la situación de manera más positiva.
De hecho, investigaciones recientes han revelado que cuando las personas reciben ayuda con la re-significación, los beneficios de la técnica se amplifican. Los investigadores demostraron esto reclutando a parejas de amigos, uno era el “experimentador” y el otro el “ayudante”. Se pidió al experimentador que viera imágenes emocionalmente negativas y que generara su propia re-significación del evento o que escuchara cómo su amigo lo re-significaba. Por ejemplo, cuando se les mostraba una imagen de un accidente, una re-significación podría ser que la persona se recuperaría de sus lesiones. Luego, al experimentador se le encargó ver las imágenes emocionalmente negativas nuevamente y reportar su estado emocional. Su reacción emocional negativa al ver la imagen por segunda vez era mucho menos severa si escuchaban a su amigo re-significar la imagen que si lo hacían por sí mismos.
Es importante destacar que esta es la primera vez que los investigadores han demostrado que tener a un amigo que te ayude a re-significar es más beneficioso que hacerlo solo. En un estudio de seguimiento, los investigadores replicaron el hallazgo original y demostraron que este efecto persistía durante al menos un día, lo que indica que la re-significación social puede tener beneficios a largo plazo.
Un aspecto innovador de esta investigación es el reconocimiento de que involucrar a otros en el proceso de reevaluación puede generar resultados notables. Cuando las personas colaboran con colegas, mentores o amigos para reinterpretar colectivamente una situación, la diversidad de perspectivas enriquece el proceso. Las ideas de los demás ofrecen nuevos ángulos y dimensiones, permitiendo una re-significación más completa.
Este enfoque no solo amplía nuestros horizontes emocionales, sino que también fomenta un sentido de conexión. Cuando permitimos que otros contribuyan a nuestra regulación emocional, creamos un entorno donde la empatía y el apoyo prosperan. Esta interdependencia mejora tanto nuestro bienestar personal como la calidad de nuestras relaciones.
La regulación emocional es una piedra angular de una vida saludable y satisfactoria, y su importancia se extiende a nuestros esfuerzos profesionales. Si bien durante mucho tiempo se ha centrado en estrategias individuales de regulación emocional, la aparición de estrategias colectivas de regulación emocional, en particular la re-significación social, marca un emocionante cambio. Al participar en la rre-significación de manera colaborativa e invitar a las perspectivas de los demás, desbloqueamos una herramienta potente para navegar los desafíos de la vida y fomentar relaciones enriquecidas. A medida que continuamos explorando los matices de la regulación emocional, abrazar estas estrategias colectivas puede allanar el camino hacia un futuro más brillante y armonioso, tanto personal como profesionalmente.
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